Los niños/as y la mamá se han sentado todos en círculo, y han elegido qué libro querían leer, entre 3 que ha traído a clase.
Tras un debate en el que todos y cada uno de ellos han hablado, han decidido escuchar el cuento de "La casa más grande del mundo", de Leo Lionni.
La historia cuenta que un caracol quería la casa más grande del mundo, pero el padre hace valorar a su hijo las pequeñas cosas mientras le cuenta un cuento. Así, el protagonista se da cuenta de que no siempre las cosas grandes tienen más valor que las pequeñas.
Después de que Lara (la mamá de Sergio), terminara de leerlo, hicimos una serie de actividades.
La primera consistió en hacer un debate sobre qué habían aprendido con el libro. Para ello, preparamos entre la mamá y yo, una serie de preguntas para hacerlo más fácil.
Tras esa puesta en común de ideas aprendidas, nos colocamos en las mesas de la biblioteca, y colorearon el dibujo que más les había gustado sobre el libro.
Este día me pareció muy bonito, puesto que pudimos compartir el trabajo con una madre, y además aprendieron el valor de las pequeñas cosas.
¿Es o no, una forma genial de tratar el valor de las pequeñas cosas?
¡Espero que os sirva de gran ayuda!
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